L.A.I.A. es una organización sin ánimo de lucro, que busca mejorar la comunidad creando espacios para la expresión y el entendimiento en las distintas ciudades con mayor diversidad étnica y cultural del mundo, creemos en la importancia de la integración para el crecimiento del individuo, la familia y la comunidad; y el Arte y la Cultura son los medios perfectos para lograrlo.

POR GENTILEZA DE UNA GRAN AMIGA Y MEJOR MUJER, MÓNICA IVULICH, ESTAMOS PRESENTANDO L.A.I.A. ARGENTINA, QUE SE ACOPLA , A LAS SEDES QUE ESTAN TRABAJANDO EN LATINOAMÉRICA Y EUROPA
- ( en EEUU CLIKEA EN :http://jurukan.wixsite.com/laia ), O Latin American Intercultural Alliance EN FACE BOOCK, PARA VER LA DE ESPAÑA CLIKEA : Laiaes España Intercultural )





"Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen."( Mónica Ivulich)

UNION, TOLERANCIA Y PAZ

AGRADECEMOS A LA SRA. GRABRIELA ARIAS URIBURU POR ACEPTAR EL MADRINAZGO DE ESTA SEDE ARGENTINA!



FUNDADORA DE L.A.I.A. ARG . SRA. MARTA RODRIGUEZ
15-5937-0502

TODAS LAS RAZAS, TODOS LOS CREDOS...

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viernes, 26 de diciembre de 2014

ENTREVISTA A UNA MUJER QUE SUPO MIRAR SU INTERIOR!!!

Cómo lograr una belleza sin tiempo

Tini De Bucourt nos invita a conocer su último libro Mujeres felices. Una guía para reflexionar y animarse a emprender un viaje que empieza muy adentro de cada una de nosotras. 

En los años ’80 fue modelo, recorrió las pasarelas del mundo, recibió aplausos. Pero a los 36 años sintió que las luces le llegaban del lugar equivocado. Dejó el modelaje y creó su propia escuela. Pero no alcanzó. Pasó el tiempo, crecieron los hijos, llegaron los nietos.
Hoy, el número de aquella edad en que se animó a mirar hacia adentro se dio vuelta. Y no es lo único: a los 63 Tini de Bucourt giró la página, para mirar desde otro lugar. De adentro hacia fuera. Ella dice: “La carrera de modelo fue un trampolín, pero para encontrar mi verdadero modelo de ser humano. Hubo una etapa de necesidad del aplauso externo y esta es la etapa inversa, del encuentro con el aplauso conmigo misma. No es poca cosa ese tránsito. El hilo en común fue siempre el trabajo con las mujeres”.
Tini da talleres para eso a través del emprendimiento Actitud Tini. Para ayudar a que quienes sienten la necesidad de rever el camino, primero lo intenten y luego, si tiene suerte, logren mejorar el paso. “Es algo muy creativo y para eso utilizo técnicas corporales, que aprendí bien, gracias a la danza y a mi trabajo como modelo. Y más que todo me valgo de una enorme intuición y de haber conocido muchas, muchas mujeres. Así entendí que cada ser es un modelo, único y bello, en sí mismo”, resume.
—¿Cómo es el trabajo que realizás en tus talleres?
—Comparto todo eso que me sirvió a mí y me doy cuenta de que también les sirve a otras mujeres. Hay algo que todas las personas buscan y es encontrarse. Porque la vida es un regalo que incluye una responsabilidad: encontrar la unicidad de cada uno y valorarla.
—¿Cuál es la variable que encontrás entre quienes se acercan a vos?
—Que la mayoría se deja arrastrar por este mundo, porque es más cómodo. Y entonces yo les digo es mucho más comprometido, aunque trabajoso, preguntarse si uno quiere ir a ese lugar, o si se está yendo porque todos van. Es el tema de la mirada aprobatoria de los demás, que en nuestra sociedad funciona como el disparador de todos nuestros actos. ¿Pero qué pasaría si la aprobación que necesitamos proviniera solo de nosotras mismas?
—Un trabajo físico y espiritual…
—Sí, entendiendo que la espiritualidad es un trabajo de todos los días, con uno y con el entorno. Una meditación masiva es magnífica, pero no es la realidad. Hay que animarse a meterse en ese lugar desconocido para uno, en ese lugar incómodo que todos tenemos. Carl Jung dice que hay que conectar con la propia sombra. Es que tiene una información increíble: en ella están los miedos, pero también los talentos y las potencialidades. Y está bueno que me toque acompañar a las mujeres a hacer ese recorrido viniendo de la moda, porque muchas me conocen y saben que soy honesta, que no vendo nada.
—¿Te molesta que muchos crean que la moda es superficial?
—Me duele, porque yo creo que moda debería ser una sigla: Mejor Obra de Arte. Yo la reivindico, en ella hay arte y enorme cantidad de horas de trabajo y de creatividad.
Hay una imagen a la que Tini dice volver siempre y es una de Miguel Angel. “Él decía que no había creado al David, sino que él ya estaba ahí y su trabajo solo había sido sacar el mármol, me encanta esa idea”. Lo dice como una metáfora de su trabajo mirando mujeres, para ayudarlas a descubrir su potencial.
—¿Qué es lo que más te interesa transmitirle a las mujeres?
—Que hay otra manera de ver las cosas y que una no debe cambiar, sino encontrar sus puntos fuertes. Muchas llegan diciendo que sienten un vacío y que a pesar de tener una buena vida, una linda familia y de que todo aparenta estar en orden, sienten que hay algo que les falta. Eso es bueno, porque quiere decir que atendieron la señal y que llegó el momento de indagar, para saber qué es lo que quieren y qué les gusta en la vida. No debe haber nada más feo que llegar al último día de la vida y preguntarse: “¿Por qué no hice eso que tanto quería?”
—¿Cuál te parece el mejor momento para atender esas señales?
—Y, la adolescencia es la edad clave, aunque el mensaje recién decante con el tiempo. Pero si les seguimos diciendo a las chicas que tienen que operarse las lolas a los 15 años les separamos el cuerpo del alma. La plataforma más rica para alguien es ayudarla a descubrir su propio talento. No hay otro momento más importante que ayudar a una mujer, joven o adulta, a encontrar su propio sentido y a dejar de lado la inercia.
—El prólogo de tu libro está escrito por Ricardo Darín, un varón, ¿por qué?
—Porque el varón está en la misma. Lo que pasa es que en primera instancia hay que concentrarse en las mujeres, porque somos quienes habilitamos la vida concretamente, físicamente. La humanidad viene de un vientre materno. Ese poder es muy grande y hay que reflexionar acerca de cómo usarlo para no competir entre nosotros, mujeres contra varones, sino para sumarnos y sobre todo para integrarnos. Por suerte hoy hay nuevos varones, como Darín, un ser sensible, conectado, no machista. Pensé en él para el prólogo porque además de ser una persona hermosa, él mismo cree que las mujeres tenemos un poder enorme que muchas veces no vemos.
—Hablás de mujeres felices, pero a muchas les pasan cosas feas…
—Obvio que la vida da hachazos, no se trata de ser feliz a cualquier precio. Pero los días que no hay palo en la cabeza hay que aprovechar el tiempo, generar un inventario de cosas logradas y no seguir pateando para adelante los deseos. Siempre hay algo en el tintero, por supuesto, pero ahí viene el coraje. Del deseo por el cuadro terminado. Entonces hay un recorrido que empezar cuanto antes y cuando se arranca ya se empieza a vislumbrar la felicidad.
—Sos una militante en contra de las cirugías, ¿por qué?
—Porque hay un raye con eso y mi lectura es que la necesidad de parecer joven es de quien quiere postergar eso de lo que debe ocuparse ahora. Y que en el fondo siempre está el miedo a la muerte. En esta sociedad se le da más importancia al tamaño de la cola que a una actitud de mujer agobiada, que es la señal de que su cuerpo está desequilibrado. Esa postura viene por todo eso que nos dijeron, algunas con buena intención y otras no, y que una se creyó. Son flechas externas que nos encogieron, forjaron el caparazón. Es curioso, muchos terapeutas me mandan sus pacientes para que las ayude a trabajar el cuerpo, además del alma.
—¿Sentís que las mujeres vamos a impulsar un cambio?
—No tengo dudas. Sé que las mujeres vamos a ser protagonistas de un cambio global. Hace muchos años hubo un matriarcado polarizado, ahora tenemos un patriarcado polarizado. Es hora de que no existan ni machismo ni feminismo, sino una comunión.
—¿Qué querés hacer hasta el último día de tu vida, Tini?
—Aportar algo, humildemente lo digo. Y ayudar a más mujeres a trascender la mirada crítica. Días atrás vino a mi taller una chica no vidente, de 31 años y ese día, cuando llegué a mi casa, lloré de agradecimiento, porque ella me demostró lo que vengo intentando transmitir desde hace años: que la única mirada verdadera no viene de afuera.